octubre 25, 2017 1 Lectura
La Santa Biblia Reina-Valera (1909): Lucas 4
[1] Y JESÚS, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fué llevado por el Espíritu al desierto [2] Por cuarenta días, y era tentado del diablo. Y no comió cosa en aquellos días: los cuales pasados, tuvo hambre. [3] Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di á esta piedra que se haga pan. [4] Y Jesús respondiéndole, dijo: Escrito está: Que no con pan solo vivirá el hombre, mas con toda palabra de Dios. [5] Y le llevó el diablo á un alto monte, y le mostró en un momento de tiempo todos los reinos de la tierra. [6] Y le dijo el diablo: Á ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque á mí es entregada, y á quien quiero la doy: [7] Pues si tú adorares delante de mí, serán todos tuyos. [8] Y respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Á tu Señor Dios adorarás, y á él solo servirás. [9] Y le llevó á Jerusalem, y púsole sobre las almenas del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo: [10] Porque escrito está: Que á sus ángeles mandará de ti, que te guarden; [11] Y En las manos te llevarán, Porque no dañes tu pie en piedra. [12] Y respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. [13] Y acabada toda tentación, el diablo se fué de él por un tiempo. [14] Y Jesús volvió en virtud del Espíritu á Galilea, y salió la fama de él por toda la tierra de alrededor, [15] Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado de todos. [16] Y vino á Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme á su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó á leer. [17] Y fuéle dado el libro del profeta Isaías; y como abrió el libro, halló el lugar donde estaba escrito: [18] El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas á los pobres: Me ha enviado para sanar á los quebrantados de corazón; Para pregonar á los cautivos libertad, Y á los ciegos vista; Para poner en libertad á los quebrantados: [19] Para predicar el año agradable del Señor. [20] Y rollando el libro, lo dió al ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. [21] Y comenzó á decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos. [22] Y todos le daban testimonio, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? [23] Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate á ti mismo: de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. [24] Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra. [25] Mas en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fué cerrado por tres años y seis meses, que hubo una grande hambre en toda la tierra; [26] Pero á ninguna de ellas fué enviado Elías, sino á Sarepta de Sidón, á una mujer viuda. [27] Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; mas ninguno de ellos fué limpio, sino Naamán el Siro. [28] Entonces todos en la sinagoga fueron llenos de ira, oyendo estas cosas; [29] Y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle. [30] Mas él, pasando por medio de ellos, se fué. [31] Y descendió á Capernaum, ciudad de Galilea. Y los enseñaba en los sábados. [32] Y se maravillaban de su doctrina, porque su palabra era con potestad. [33] Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó á gran voz, [34] Diciendo: Déjanos, ¿qué tenemos contigo Jesús Nazareno? ¿has venido á destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. [35] Y Jesús le increpó, diciendo: Enmudece, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio, salió de él, y no le hizo daño alguno. [36] Y hubo espanto en todos, y hablaban unos á otros, diciendo: ¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y potencia manda á los espíritus inmundos, y salen? [37] Y la fama de él se divulgaba de todas partes por todos los lugares de la comarca. [38] Y levantándose Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón: y la suegra de Simón estaba con una grande fiebre; y le rogaron por ella. [39] É inclinándose hacia ella, riñó á la fiebre; y la fiebre la dejó; y ella levantándose luego, les servía. [40] Y poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades, los traían á él; y él poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. [41] Y salían también demonios de muchos, dando voces, y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Mas riñéndolos no les dejaba hablar; porque sabían que él era el Cristo. [42] Y siendo ya de día salió, y se fué á un lugar desierto: y las gentes le buscaban, y vinieron hasta él; y le detenían para que no se apartase de ellos. [43] Mas él les dijo: Que también á otras ciudades es necesario que anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto soy enviado. [44] Y predicaba en las sinagogas de Galilea.